sábado, 29 de diciembre de 2007

Para los amantes de los perros

Encontré un blog que es una joyita! Publica decenas de fotos por días, recolectadas de diversos lugares, y la selección que hace no tiene desperdicio...

PuppyParade

Si les gustan los perritos, no se lo pierdan.

viernes, 28 de diciembre de 2007

Nobleza obliga

Todos los años pasan cosas buenas y malas... a veces las malas son tan malas, que no nos dejan recordar aquellas pequeñas cosas buenas que pasaron, y cuando llega fin de año, decimos el clásico "por fin se va este año de mierda".
A veces, afortunadamente, las cosas buenas son tan buenas, que si queremos recordar que cosas malas nos pasaron, tenemos que hacer un esfuerzo. En mi caso, este es uno de esos años.
Han pasado cosas malas, es cierto, pero las cosas buenas son tan importantes que lo malo quedó pequeñito, así que yo este año cuando levante la copa, creo que voy a pedir que el año próximo sea para nosotros, al menos tan bueno como este que se va.
En realidad, si debo ser sincera, creo que el único deseo que tengo para el 2008 es que mi hijo nazca sano y fuerte.

Para los que hayan tenido un año malo, hagan el esfuerzo por recordar las cosas buenas, por más insignificantes que hayan sido, y no piensen que se va un año de mierda, piensen que viene un año MEJOR.
Para los que han tenido un año bueno, ni siquiera le den importancia a las cosas malas, brinden por un año tan bueno o mejor aún que el que se va, y pidan por aquellos menos afortunados.

A todos ustedes, les deseo un 2008 pleno de EXITOS! Sepan que no importa que no nos conozcamos en persona, yo los tengo en mi corazón, porque son parte diaria de mi vida, porque aunque sea a la distancia con un mail, con un comment o con un mensajito de texto, me han acompañado en cada momento bueno y malo, y eso no tiene precio.

martes, 18 de diciembre de 2007

Como pez... en el barro!

La empresa donde trabaja el negro, cada tanto hace regalitos a modo de incentivo y premio por el buen desempeño.
Esta vez, le regalaron una cena para dos en El Faro, el restaurant del Hilton.
Y allí fuimos el sábado a la noche, la verdad que bastante ansiosos... convengamos que uno (o por lo menos nosotros!) no va todos los días a cenar a un restaurant de hotel 5 estrellas.
Nos pusimos lo mejorcito que teníamos en el placard - y que aún nos entra - y partimos para llegar 9 de la noche en punto, la hora a la que teníamos nuestra reservación.
De entrada, había una fiesta en algún otro salón del hotel, así que lo mejorcito de nuestro guardarropa no se acercaba ni lejos a las pilchas que lucían los invitados. Pero igual nosotros íbamos para otro lado, así que no nos preocupamos.
El restaurant estaba vacío, así que nos ubicaron en el lugar que elegimos. Sinceramente la decoración, las mesas, las sillas, la ambientación, me fascinaron...
Traen la carta, elegimos la entrada, el mozo nos pide además la elección del plato principal... "lo vamos pensando" contesto, "lo lamento señora, tengo que ordenar todo junto para que el chef pueda coordinar la salida de los platos". Marlena toma nota mental: en los restaurants "paquetes" la entrada y el plato principal se ordenan juntos, zoquete!
Segunda situación, hay varios nombres de platos que no sé que son... "Que será una roulade?" pregunta el negrito, "ni idea, pedilo y vemos jeje". Marlenita sigue tomando nota mental: la próxima vez, mirá la carta por internet e investigá que son los platos!
Tercera situación, antes de traer la entrada nos traen una especie de cucharita de porcelana con un salmón con salsita de no se cuanto. La cucharita se parecía a unas que mi mamá tenía en una repisa, decorativas, no sabía que también se usaban para comer... resultado? con la salsita dejé unas bonitas manchas en el delicado mantel (ups!).
Lo que elegimos, la verdad, riquísimo! Excelentes platos, muy bien servidos, muy ricos y en porciones generosas. Párrafo aparte para el pan, una variedad de delicatessen que incluía hasta una trenza de pan negro con pasas de uva.
La bebida la sirvieron en las copas, pero sobre la mesa no dejaron las botellas, por lo que traté de "cuidar" lo que tomaba para estirarlo lo más posible. Cuando nuestras copas estaban por vaciarse, el mozo se acercó y nos sirvió de nuevo. Marlena toma más notas mentales: el mozo no deja las botellas en la mesa porque queda feo, pero se pasa la cena observándote para que no te quedes con la copa vacía.
El postre... que momento! no entendíamos ni uno de los nombres de la carta... El negrito pidió algo llamado "composición de dulce de leche" y yo me hice la canchera y pedí Creme Brulee (muchachos, a mí no me engañan, eso era crema pastelera servida en vasitos).
Terminamos la velada, y partimos con la panza llena hacia nuestro dulce hogar.
Conclusión: fue una linda experiencia, muy bien atendidos, comimos cosas riquísimas y la velada fue de lo más romántica. Pero cuando uno no se siente en su elemento, en su ambiente, no la pasa del todo bien.
Con el negro coincidimos en que nos sentimos un poquito incómodos, y que pasamos toda la velada, básicamente, tratando de no ser nosotros mismos. La high society no es lo nuestro, sin lugar a dudas.

jueves, 13 de diciembre de 2007

Cagazos memorables (II)

De cuando el día se hizo noche en 5 minutos

Mismo viaje del post anterior. Esta vez, haciendo campamento agreste en Lago Escondido (una ciudad que queda aprox. a 60 km de Ushuaia).
Tres de los "grandes" (mi mamá, mi tío y mi tía) se iba a Ushuaia a buscar provisiones, y los "chicos" (mis tres primos y yo) quedábamos a cargo de mi papá, que además tenía que preparar el chivito... Pobre el viejo, era una máquina de generar anécdotas!
La curiosidad que descubrí ese año, es que en esa zona se hace de noche muy tarde (a eso de las 22hs más o menos), y que de la claridad de la tarde a la oscuridad de la noche, se pasa en no más de 15 minutos. Eso hacía que tuviéramos los horarios cambiados, porque uno cuando está de vacaciones no mira mucho el reloj, así que siempre terminábamos cenando a las 2 de la madrugada!
La cuestión es que estábamos aburridos y le dijimos al viejo que íbamos a dar una vueltita.
"No se vayan muy lejos eh?! que yo tengo que vigilar el chivito" nos dijo papá.
Después de pastorear por ahí un rato, decidimos tomar el camino que llevaba a la ruta desde el lugar donde acampábamos a orillas del lago, para ir a esperar al resto de los grandes.
Llegamos a la vera de la ruta, y nos sentamos en unos troncos a charlar y a esperar, cuando de pronto descubrimos que estaba empezando a caer la noche. No nos dió tiempo, luego de recorrer un corto tramo del camino de regreso, cayó la noche... Yo sentía que me temblaban las piernas, no sabía si correr para adelante o volver, no podía llorar para no asustar a mi prima la más chica, pero me moría de miedo... Mi primos iban a escuela religiosa, por lo que lo primero que propusieron fue tomarnos de las manos, y rezar (yo en esa época creía en dios, así que rezamos todos juntos).
Caminabamos en la oscuridad, tomados de la mano y rezando, la única iluminación era las estrellas (y no es una licencia poética, es literal), cada tanto nos sobresaltábamos cuando una liebre cruzaba corriendo delante nuestro. Realmente pensé que me iba a quedar dura ahí del ataque de pánico.
Por suerte, al rato de caminar a oscuras, un auto se aproximó por el camino, y eran los "grandes" que volvían con las provisiones. Nos subieron al auto, y volvimos a las carpas todos juntos.
Cuando llegamos mi viejo estaba histérico! Ahí acuñó la frase con la que la gastamos durante muchísimos años... "Vos perdoname anita*, pero estos pendejos... son una manga de hijos de puta!!!".

*anita es mi tía, y la madre de 3 de los 4 hijos de puta jejeje

jueves, 6 de diciembre de 2007

Cagazos memorables (I)

Conversando con gente respecto a mi enorme tendencia a sobresaltarme (soy de las que pegan el saltito en la silla ante un ruido inesperado), me decían que si no hacía algo al respecto, un día se me iba a parar el corazón del susto.
Y así fue como empezó el recuento de todos los cagazos que he vivido (o sobrevivido?), para llegar a la conclusión de que del corazón debo estar muy bien, caso contrario no estaría contando esto.
Otra conclusión a la que llegué es que en su gran mayoría, los mayores sustos me los pegué estando de viaje, por lo que, siendo anécdotas dignas de perpetuar, se me ocurrió que podría ser entretenido postearlas en el blog.
Ergo, acá va la primera:

De cuando casi no sobrevivimos al Cañadón de la Mosca

Hace muchos años, siendo aún adolescentes, hicimos con mis viejos y mis tíos un viaje fabuloso, recorriendo en carpa, casi todo el sur argentino (llegamos hasta el canal de Beagle!). De este viaje en realidad se desprenden un par de cagazos memorables, pero el peor sin dudas fue cuando hicimos la parte del viaje entre El Bolsón y Bariloche.
El itinerario marcaba que debíamos hacer ese tramo de tarde, pero un desperfecto mecánico nos retrasó, llegando a esa ruta de noche.
El Cañadón de la Mosca es una ruta de montaña es decir, de un lado montaña, del otro precipicio, de puras curvas, y en esa época era de ripio (no sé si ahora estará asfaltada) , por lo que hacerla de noche, ya de por sí implicaba un riesgo muy grande.
Ibamos con una marcha muy prudente, nosotros adelante y mis tíos atrás. En determinado momento, el camino se ensanchaba, y mi papá aprovechó para despegarse un poco de la ladera de la montaña, pero mis tíos empezaron a hacer luces de manera muy insistente, por lo que mi viejo optó por detener la marcha.
Frenamos y mi tío se bajó en una carrera loca hasta nuestro auto.
"Que hacés loco de mierda! te querés suicidar??? Bajá del auto y fijate lo que casi acabás de hacer".
Nos bajamos y a escasos metros adelante, estaba el precipicio nuevamente... La ruta no se ensanchaba, era un mirador panorámico, del cual por la oscuridad de la noche no habíamos visto la señalización.
Yo tuve un ataque de nervios, pensé que me moría ahí mismito, me hice un bollito en el asiento de atrás y no volví a levantar la cabeza hasta llegar a Bariloche.

martes, 4 de diciembre de 2007

El valor de la palabra

Ejemplo de la vida real:
Fulana:- Mañana te llamo y te confirmo si está todo ok.
Marlena:- Ok, espero tus novedades.
Pasa mañana, pasa pasado mañana, pasa el día después de pasado mañana y preocupada ante la ausencia de novedades, llamo a Fulana.
M:- Disculpá, te molesto porque me dijiste "te llamo mañana" y eso fue hace tres días.
F:- Si no te llamé, fue porque no tuve novedades (tono claramente disgustado).
M:- Bueno, entonces la próxima vez, si te comprometés a llamar, hacelo aunque sea para decirme "no tengo novedades".
F:- tu tu tu tu tu tu

Ok, adonde apunto con el ejemplo? A que me molesta que en la actualidad, la palabra empeñada carezca de valor. Se perdió el compromiso de la palabra en sí, ya no importa lo que te dije ayer, me olvidé, no seas literal, no tomes todo al pie de la letra...
Tal vez sea "chapada a la antigua", tal vez no esté amoldada a los tiempos que corren, tal vez jamás pueda acostumbrarme a que las palabras se las lleva el viento.
Cuando algo no se puede, no se puede, es comprensible... lo que no comprendo es por que importa tan poco dejar al otro divagando en la incertidumbre de no saber que no se puede. En la era de las comunicaciones, con miles de formas de hacer llegar un mensaje, aun así, hay gente a la que le cuesta horrores mantener el valor de su palabra.