Tradicionalmente en mi familia, los 29 se comen los ñoquis. De más está decir que los ñoquis deben ser amasados por alguno de los miembros de la familia, jamás se comieron ni se comerán ñoquis comprados.
Mi mamá, de quien aprendí a amasarlos ayudándola desde chiquita a hacerlos en casa, me criticaba que yo usara puré "de paquete" en lugar de pisar papas como correspondía, y resulta que ahora que ya no está mi viejo, ella usa una harina a la que sólo se le agrega agua, y ya tenés la masa para ñoquis!
Como es mi costumbre, siempre tengo que agregarle mi toque personal a cualquier receta, ya sea de libro o familiar, y en el caso de los ñoquis, este toque consiste en una buena cucharada de queso crema no ácido (Casancrem) y abundante nuez moscada.
Me tenía de muy mal humor eso de no poder amasar los ñoquis desde hace unos cuantos meses, y además este domingo tenía varios incentivos adicionales. En principio, el hecho de ser domingo, y que en casa los domingos se comen pastas (a veces se puede cambiar por asado si el negrito está de franco). En segundo lugar, el hecho de sorprender al negrito con una comida que le gusta mucho, y por último, el desafío de hacer todo en tiempo record antes de que se despierte el gordito.
El rito comenzó a las 8 de la mañana, mate de por medio, y para las 10, ya tenía los ñoquis amasados. Después de amamantar a Agus, me dediqué a hacer la salsa (con estofado de salchicha parrillera, como le gusta a mi negro).
El almuerzo fue un éxito! no quedó nada... La verdad que salieron riquisimos. Misión cumplida.
Hace 6 meses.