domingo, 28 de octubre de 2007

Domingo electoral

Domingo, 9 a.m., tomo mate frente a la PC mientra protesto sola porque en un rato tengo que ir a votar... y encima cuando el negrito venga de trabajar hay que ir hasta morón para que vote él porque todavía no están actualizados los padrones.
Trato de darme ánimo diciéndome que mejor votar, a no poder hacerlo, no?
Si, pero en seguida me acuerdo que en realidad es siempre lo mismo, y que mi voto no cambia nada. Recuerdo que no voy a votar a alguien que me convece, sino al que considero "menos peor"; que es un grupo de gente que promete cosas que luego no cumple, y que en este caso en particular, ni siquiera prometieron nada, porque las campañas no fueron del tipo "acá están mis ideas", sino "te digo por qué no tenés que votar al otro". Me parece a mí o esta vez ni se gastaron en choripán y vino para llenar estadios?
Para colmo, me viene a la mente la última vez que fui a votar contenta, esa vez que pensé que mi voto contribuía al cambio, que mi voto iba a ser el granito de arena en la contrucción de un país mejor. Y como festejé cuando mi candidato ganó! Mierda, fue la vez que voté a De la Rua para presidente...
Ya tengo menos ganas de ir a votar que antes.

2 comentarios:

ani. dijo...

Marle: realmente te acordás de alguna campaña en la que alguien haya dicho taxativamente cuáles eran sus ideas y cómo iba a llevarlas a cabo? Y sí, parece que esta vez fue más caótico que de costumbre. Igual, hoy hay que levantarse e ir a laburar como siempre...
Besos

Andrés dijo...

Me cachendié...