Crónicas veraniegas: Curiosidades tuyutenses

En busca de playas tranquilas, con ambiente familiar, y acordes al presupuesto manejado este año, nos dirijimos hacia Mar del Tuyu, desoyendo los consejos catástrofes del estilo "pero si ahí se están quedando sin playas!!!" (siempre hay un amigo/familiar/compañero de trabajo que te tira buena onda antes de salir, no?).
Paso a enumerar ciertos datos curiosos y no tanto de lo que se pudo ver por aquellos pagos:

• A pesar de que lamentablemente es cierto lo del avance del mar y que si no se encaran obras paliativas, en algunos años nos quedaremos sin playas en el Partido de la Costa, al día de hoy no es cierto que Mar del Tuyu y zonas aledañas se hayan quedando sin playas. Insisto, se debe hacer algo urgente para que esto no suceda en un futuro cercano...
• No pude evitar acordarme de Jes y su relato de la vieja y el perro, ya que en la mayoría de las playas tuyutenses, todo el mundo va con sus perros! Por lo general los llevan sueltos, así que mi marido se ligó un efusivo beso de lengua de un caniche toy, mientras tomaba sol tendido en la lona (eso sí, el caniche le dijo "yo te llamo")
  
• En Mar del Tuyu pude ver las aguas vivas más grandes que había visto en mi vida (20 cm de diámetro aprox.). Como no podía ser de otra manera, me rozó una de ellas dejándome un sarpullido extremadamente "picoso" en mi pantorrila izquierda.
• El agua del mar tuyutense es marrón (salvo los días de intenso viento sur, en los cuales casi parece un mar normal). Las teorías van desde agua mezclada del río de la plata, pasando por grandes concentraciones de yodo, y obviamente la teoría catástrofe de la contaminación. Dados los 37 grados agobiantes, decidí creer en la palabra del bañero amigo que nos aseguró que podíamos bañarnos sin problemas, dado que el agua no está contaminada.
• Con esto espero no ofender a ningún tuyutense, pero el centro de mar del tuyu es una lágrima, cero onda, triste.
• En las playas tuyutenses no ví ningun cuerpo escultural. Ni masculino, ni femenino. Había de todo, gente linda y gente fea, pero en 15 días no nos cruzamos ni con una de esas minas que provocan envidia y deseos de ahogarla en el mar, ni con esos hombres que dan ganas de darse vuelta para seguir admirándolos. En definitiva, nos sirvió para salir a lucir nuestros rollitos sin prejuicios.

En breve, más crónicas veraniegas....