lunes, 9 de abril de 2007

Amor enfermo

Una vez, hace mucho tiempo, enfermé de amor...
Los síntomas eran diversos, palpitaciones, insomnio, angustia, ansiedad, y una profunda tristeza que invadía el cuerpo, haciéndose dueña de todo.
Tenía la errónea idea de que un instante de felicidad a su lado, bien valía la eternidad de sufrimiento en la que me sumían sus reiterados desplantes.
Ilusa! tenía la certeza de que tarde o temprano se daría cuenta de lo incorrecto de su escala de valores...
Me recuerdo, y me veo como en una película, no puedo creer que esa era yo, encerrándome en mi casa esperando un llamado suyo... dejando de vivir mi vida, a ver si de casualidad en su apretada agenda le quedaba un rato para venir a verme... soportando lo insoportable con estoica sonrisa.
Debo agradecerle porque un día, armado de la pócima mortal "no sos vos, soy yo", le firmó el acta de defunción a ese amor enfermo terminal.
Porque después de un tiempo, me dí cuenta de que no estaba enferma de amor, sino que estaba atrapada en un amor enfermo, de esos que te desequilibran mentalmente, y no te permiten ser quien realmente sos, que te hacen perder la perspectiva.
Me dí cuenta de que no llevaba la vida que yo quería para mí, y que como dice la Venegas, "no voy a decir que no merezco esto, porque es probable que lo merezca pero no lo quiero".
Un día volvió, pero yo estaba curada de ese amor enfermo, y pude decirle que ya era tarde, que la venda de mis ojos había caído, que había visto la película donde yo era protagonista de un papel patético, y que jamás volvería a actuar de esa manera.
No quise sus explicaciones, ni sus ruegos, ni sus promesas... ya no hacía falta que él cambiara, porque yo había vuelto a ser la persona que me gusta ser.

El tiempo pasó, y cuando las heridas sanaron, volví a amar y a dejarme amar, pero con un amor sano... ese tipo de amor que - parafraseando un comentario que leí en otro blog - me hizo ver a mi amado en colores, cuando el resto de la gente parece en blanco y negro; un amor donde se construye de a dos, sin que ninguno imponga sus reglas y someta al otro.
Hoy recuerdo sin dolor, precisamente porque las heridas sanaron... yo no creo en eso de que un clavo saca a otro clavo, tiene que ser uno el que ponga el punto final, haga balance, descubra que ganó y que perdió, y ponga el contador en cero. Recién ahí, se puede abrir de nuevo el corazón sinceramente...

10 comentarios:

ItoCuaz dijo...

Hola... Justo hice la versión mexicana y masculina de ese papel ridículo y patético... Y justo ahora, estoy filmando el descenlace: me despedi de ella porque no era lo mejor para ninguno de los dos y me arme de valor para construir con alguien más una relación donde no sabemos de sometimientos... Que chido es quitarte de los ojos la venda y descubrir todo lo lindo de lo que te estabas perdiendo!!!!

Un beso, enorme

r.- el corre ambulancias dijo...

hay un viejo dicho japones que reza: el verdadero amor es el de la persona que te hace sentir completo; porque siempre suma y nunca resta

Valeria dijo...

Impecable, como siempre. Me encuentro en ese momento, en el sanar de formas enfermas de amar. Poniendo el contador en cero. Aunque tarde. Aunque a veces me parezca que nunca voy a sanar.
Gracias por tus palabras, un beso!

Araña Patagonica dijo...

Me crees si te digo que estoy en esa etapa en que estoy haciendo toooooooooodas las terapias alternativas habidas y por haber para tratar de curar esa enfermedad (para mi ya crónica)?? Creo que estoy sanando de a poquito, pero que duro que es..
Besos y que estés bien..

Marlena dijo...

Ito: Celebro que puedas vivir esta nueva relación como realmente te mereces! Es verdad, ese momento donde uno se da cuenta de todo lo que soportaba en "nombre del amor", y todo lo que se perdía de vivir, es supremo.
Intenté comentar en tu post sobre el aborto, pero cuando leo lo que escribo me parece que no se refleja realmente lo que quiero decir, así que te lo estoy debiendo! Te mando un beso enorme.
r.-: Hermoso dicho y totalmente cierto. Gracias!
Marypoppins: Primero, aunque suene trillado, más vale tarde que nunca. Segundo, puede parecer que no vas a sanar, pero es mentira, las heridas sanan, quedan cicatrices para que uno no olvide lo que aprendió de esas heridas, pero ya no duelen. Fuerza!!! Te mando un gran beso y para cualquier cosa que necesites, por ahí anda mi mail.
Arañita: Es duro, corazón! pero te juro que se puede! El secreto está en que te des cuenta de que te merecés algo mucho mejor. Te mando un beso grande grande,

J. dijo...

sólo diré:
lindas y sabias palabras

Flor dijo...

Es muy rara la sensación que se tiene al reaccionar... es casi como despertar de un sueño demasiado largo.
Lo bueno (todo tiene un lado bueno ¿no?) es el aprendizaje que eso nos deja.
Besos para vos :)

Marlena dijo...

Javi: Gracias. No sé si puedo hacerme cargo del "sabias", lo que sí te puedo decir es que son absolutamente sinceras. Un beso,
Flor: Cuando me empezaron a caer las fichas, la sensación fue de libertad... Y si, el aprendizaje que deja, creo que es únicamente asequible sufriéndolo, pero es una lección que no se te olvida nunca. Besos!

Hurricane dijo...

Que tal vecina, yo ando en una situación similar a la que describís, de modificación en una vida que sentía "establecida" y que ahora tiene que empezar otra vez. No es fácil pero sí es posible. Saludos

Perroxido dijo...

Yo creo que todos en algún momento vivimos algún amor enfermo. De alguna manera hasta diría que lo buscamos, porque es tan fácil confundir pasión con adicción, que hace falta el sufrimiento y posterior cachetazo.
Eso si, el momento de la revelación es genial... volver a volar.