martes, 7 de noviembre de 2006

La falta de práctica

Cuando era chica, digamos entre los 10 y los 15 años, dibujaba muy bien.
Tenía una "agenda" de esas que se usaban por ese entonces, que en realidad no servía para anotar reuniones o citas con el médico, sino para hacer dibujos, pegar figuritas o recuerdos (por ejemplo el boleto del primer viaje en colectivo sola!), se escribían "graffitis" o frases de amor para el chico que nos gustaba... y en esa agenda hacía unos dibujos geniales. Pero con el tiempo, dejé de hacerlo y perdí la práctica, a tal punto que ahora dibujo bastante mal (por eso nunca gano al Pictionary!).
De adolescente, escribía muy bien... bonitos poemas y prosas, acrósticos y cuentos, que me valieron felicitaciones, menciones y dieces de mis profesoras de castellano. Otra vez, otras obligaciones ocuparon ese lugar y con el tiempo perdí la práctica, y hoy ya no se agolpan en mi mente esas palabras con la necesidad de ser volcadas al papel.
Ya de más grande, decidí que esa pasión por el canto que sentí durante toda mi vida, debía ser encausada, y empecé a tomar clases... y el profesor me decía que tenía mucho potencial, que tengo buena voz pero que tengo que educarla. Por enésima vez, la falta de tiempo hizo que dejara de dedicarle tiempo, y la falta de práctica me lleva a que no pueda cantar ni el "feliz cumpleaños".
Hace un tiempo escuché que el tiempo no nos falta, sino que lo administramos mal, y creo que esa frase debería haber ido a parar a un "Verdades Reveladas...". Es cierto, siento que en muchos aspectos he administrado mal mi tiempo, y por falta de práctica, me estoy privando de muchas cosas que me causaban placer y me daban felicidad.

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