sábado, 31 de marzo de 2007

Sensibilidad fílmica

Hay algo que me pregunto desde siempre, y por más vueltas que le dé al asunto no logro descularlo...
Me refiero a mi irremediable tendencia a llorar en los finales de las películas, que de una forma u otra, son emotivos.

No importa si la película tiene final feliz o no, si es emotivo, lloro como una criatura. Obviamente, la intensidad y la duración del llanto son inversamente proporcionales a cuan feliz sea el final.
Cuando empiezo a sentir el nudo en la garganta, me repito mentalmente "es sólo una película, es sólo una película...", pero casi nunca funciona.
Traté en vano de encontrarle el meollo al asunto, pero no hay parámetros que se puedan tomar en cuenta, no depende de mi estado de ánimo, ni de si estoy sola o acompañada, ni siquiera de la cantidad de veces que haya visto la misma película, probé de ver la misma película en varias ocasiones y en diferentes condiciones, e idefectiblemente en el final emotivo, lloro.

Justamente, el otro día viendo la película "Los Chicos de mi Vida", que tiene un final muy lindo donde casi todos son felices y comen perdices, lloré como una condenada, y cuando terminó no me podía dormir tratando de pensar cual es el chip que me falla en el cerebro... Por qué lloro, si terminó bien y todos son felices? es más, para que la ví, si iba a llorar igual sea cual fuere el final? es decir, si lloré con un final feliz, si hubiera terminado mal, creo que todavía estaría llorando.
Es por este motivo que no voy al cine a ver películas dramáticas, esas las dejo para el DVD o el cable. Al cine voy a ver las otras.
Todavía me avergüenzo de mi cara deformada de tanto llanto cuando fui a ver "Corazón Valiente" (Braveheart), de Mel Gibson, aunque en este caso fue ligeramente distinto, porque no lloré en el final, sino desde que empezó hasta que terminó!.
Tal vez sea muy sensible, tal vez sea medio pelotuda, pero cada vez que me pongo a ver una película dramática, por las dudas dejo a mano la cajita de pañuelos descartables...

Parte médico II

A ver, por donde empezar...
Vengo de pasar unos días no muy agradables, el dolor del post-operatorio se hizo tan agudo, que tuve que recurrir a la última alternativa que me había recetado el médico, un analgésico en gotas que en realidad no estoy muy segura de si me quitaba el dolor, o como me dajaba semi inconsciente no me daba cuenta de que, en realidad, me seguía doliendo.
Lo tomé durante un día y medio, hasta que empezaron a aquejarme todos los efectos secundarios (si, esos que dice el prospecto que uno nunca lee), entonces decidí abandonar las gotas... El jueves concurrí esperanzada al control médico, en el que supuestamente me sacarían los puntos, y recalco supuestamente, porque no fui así; el doctor piensa que todavía está muy inflamado y no conviene sacar los puntos hasta la semana entrante.
Al consultarle por mis dolores agudos, me dijo algo así como:
Dr.:- Sentís algo así como una quemazón intensa en los dedos?
M.: - Si Doc, y a veces parece que me estuvieran arrancando los deditos directamente!
Dr.:- Ahhhh... no te preocupes, es absolutamente normal.
M.: - ¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿¿???????????????????
Bien, resumiendo, creo que el médico se olvidó de contarme algunas cositas antes de la operación...
Y como si esto fuera poco, quien reapareció??? Si! Doña Migraña, y yo con el estómago hecho pedazos de tantos analgésicos. Se venía portando bien, y dejándome en paz durante casi 2 meses, pero vió luz y pasó, no sea cosa que se perdiera la fiesta...
Dejé todos los analgésicos durante un día completo, me la pasé a caldito y puré de zapallo, y cuando se me fueron las nauseas, abandoné los analgésicos del pie, y retomé los de la migraña.
A duras penas, traté de conectarme para despejarme un poco, pero apenas me dió para contestar un par de mails, y volver a la cama.
Me la pasé dos días durmiendo como un bebé, y aquí estoy, cansada de tanto descanso! El pie, está menos hinchado (según palabras de mi marido "ya casi tiene forma de pie otra vez!"), duele pero se aguanta sin calmantes, la migraña afloja un poco también, y el estómago se acaba de aguantar una taza de café sin protestar.

Creo que tal como dice mi madre, "hasta regalada, soy una estafa!!!"

martes, 27 de marzo de 2007

La Caverna de las Brujas

Existen ciertas experiencias en la vida, que al recordarlas pienso que han sido extraordinarias, pero si alguien me preguntase si estoy dispuesta a repetirlas, contestaría sin lugar a dudas... NI LOCA!!!
Una de esas experiencias, es la de la Caverna de las Brujas, en Malargüe, provincia de Mendoza. Lo que uno puede ver y sentir allí, es fascinante, desde los preparativos (cascos estilo minero, con la linterna al frente), hasta el ingreso a la primer cámara, enorme y totalmente a oscuras, para que se acostumbre la vista, y mientras uno se deja envolver en el relato del guía, se sorprende como de a poco, empieza a ver formas, donde antes era sólo negrura.
Una vez que empieza el recorrido, se prenden las linternas de los cascos, y uno se sumerge en el corazón de la caverna, pasando en primera instancia por un pasadizo extremadamente angosto, por el que hay que pasar gateando. Luego, se empiezan a abrir las cámaras, húmedas, frías, resbaladizas... y se empieza a trepar o deslizar, según lo exija el recorrido.
En verdad es maravilloso, esas estalactitas y estalagmitas que van dibujando los pisos, los techos y las paredes de la caverna. Genera adrenalina, es una aventura, hay que tener cuidado de no caerse, y hasta determinado momento, es emocionante.
Ese determinado momento del que hablo, fue el que me hizo conocer el pánico realmente por primera vez en la vida... Me dí cuenta de que otras veces en las que consideraba haberme aterrado, había sido sólo miedo, y esta vez estaba por primera vez frente al pánico.
Para algunos será una pavada, pero cuando se llega al punto del recorrido donde se debe subir por una mínima escalerita metálica (como si fuera una escalera de pintor, pero amurada a la piedra, es decir, sin baranda ni otro tipo de protección) que conecta una cámara con otra que está más arriba, y a los costados el piso cae en un escarpado sin que la luz de nuestros cascos permitiera ver el fondo, me paralicé... el corazón me latía con una fuerza descomunal, intenté subir dos escalones y el guía dijo las palabras nefastas... "no mires hacia abajo". Como era de esperarse, miré, y en ese instante conocí el pánico... mi cerebro le decía a mis piernas que se movieran, y mis piernas agarrotadas se negaban, yo miraba hacia arriba y lo veía a mi marido (entonces todavía era mi novio) que movía los labios mientras me tendía sus manos, pero no podía entender lo que decía, sentía que estaba haciendo una fuerza sobrehumana y aún así mis piernas se negaban a moverse.
Hasta que al fin pude tener algún tipo de reacción para que la gente a mi alrededor entendiera que pasaba... la reacción no fue la esperada, pero por los menos me permitió hacerme entender para que alguien me ayude: estallé en llanto y grité "no ven que las piernas no me responden, la reputa madre que los parió???!!!". Empecé a temblar, y entre el guía y mi marido me ayudaron a subir... Estábamos en la mitad del recorrido, si queríamos volver deberíamos hacerlo solos, porque el guía no podía dejar a toda la gente varada en la mitad de la caverna; así que decidí seguir, con el compromiso del guía de que me ayudaría en todo el trayecto.
Lamentablemente, desde ese punto hasta el fin del recorrido, no pude disfrutarlo más, y la verdad que no volvería a hacerlo. Pero fue una experiencia única (e irrepetible!) y me sirvió para darme cuenta de que le tengo terror a la sensación de vacío bajo los pies (no a la altura, sino a esa sensación de vacío).
Siempre me quedó la duda de si no es peligroso, porque lo parece! pero nunca escuché de alguien que se haya accidentado allí. Si alguien tiene datos al respecto (Javi?), me gustaría saber.
A los aventureros, que no tienen problemas con la oscuridad, los espacios reducidos, ni las alturas, se lo recomiendo!!!

sábado, 24 de marzo de 2007

Decepciones

Hay un vicio del que me deshice casi por completo (y digo casi, porque cada tanto me sorprendo cayendo nuevamente), cuando descubrí que me estaba arruinando la vida...
Más que una característica de mi personalidad, se había convertido en un vicio que me hacía una persona infeliz la mayor parte del tiempo.
Estoy hablando particularmente de hacer o decir cosas, esperando una respuesta o reacción específica de la otra persona... obviamente, el no obtener esa repuesta o reacción, conllevaba una decepción muy dura de soportar.
Me costó mucho comprender que todos somos tan distintos e impredecibles! Que no todo aquel que yo creía conocer, iba a proceder como yo lo haría en tal o cual situación...
Me encontraba ante la encrucijada de verme agradecida por una muestra de sinceridad, y aprender de ello, o sufrir por no haber obtenido la respuesta deseada.
Llegué incluso al punto de elaborar mentalmente una conversación, donde sabía perfectamente lo que contestaría la persona del otro lado, y cual era el resultado de esto? que apenas mi interlocutor me diera una respuesta no esperada, se desmoronaba mi esquema y me quedaba sin saber como seguir.
Afortunadamente, en ese punto de inflexión que tuvo mi vida hace tiempo atrás, y que me permitió entender muchas cosas, me puse como meta abandonar este comportamiento autodestructivo, y me siento mucho mejor.
Entendí que no todos reaccionan como yo lo haría, que no todos tienen las mismas convicciones que yo tengo, que el mensaje que yo envío no siempre llega del otro lado con el mismo entendimiento con que lo quise expresar, y que en el caso de que así sea, puede ser también que no sea aceptado o compartido.
Son los riesgos de comunicarse, del ida y vuelta, de la no existencia de la verdad absoluta respecto de algo. Podemos meternos en una burbuja donde nadie nos lastime, ni nos malinterpreten, ni nos discutan, ni nos contradigan, y por lo tanto no nos decepcionen; o podemos elegir comunicarnos, respetarnos y no esperar algo preciso, sino abrirnos y ver que del otro lado hay personas totalmente diferentes a nosotros, que sienten y viven diferente, que tienen otros contextos y otras experiencias de vida.

jueves, 22 de marzo de 2007

Test Generacional

De una conversación familiar donde se encontraban presentes varias generaciones, surge este test que seguramente no será original, pero muestra a las claras las pavadas que hablamos cuando nos reunimos...

Como en todo test, esto consiste en leer, responder, contar las respuestas y ver luego la conclusión (si el test se parece a algo ya publicado por otra persona, ya sea en formato o contenido, juro que es pura coincidencia, o quizás porque todos los test se parecen!):

1.- Cuando le hablan de LA familia argentina, Ud. piensa en:
a) Los Roldán.
b) Los Benvenutto.
c) Los Campanelli.

2.- Si le preguntan sobre el mejor corredor de autos, Ud. inmediatamente responde:
a) Michael Schumacher.
b) Ayrton Senna.
c) Juan M. Fangio.

3.- Ud. asocia el "Auto Fantástico" con:
a) El nuevo Chevrolet Corvette.
b) Kitt & Michael Knight.
c) El Maserati 250F de Fangio en el '57.

4.- Su telenovela preferida fue:
a) Montecristo.
b) La extraña dama.
c) Esos que dicen amarse (pero en su versión radial).

5.- El galán de telenovelas de su época es:
a) Facundo Arana.
b) Arnaldo André.
c) Claudio Levrino.

Resultados:

Mayoría de A: Usted, pero que digo Usted!, VOS, sos un pendex, estás en la flor de la vida, y no tenés que preocuparte por este tipo de tests hasta dentro de 20 años.
Mayoría de B: Usted está en el punto donde es muy joven para considerarlo jovato, pero ya está lo suficientemente grandecito como para considerarlo un pendex. Los mayores de 20 lo tutean, pero los menores de 20 le dicen Señor/a. Tenga cuidado, se está acercando a la curva!
Mayoría de C: No caben dudas, Usted está al horno. Es un jovato hecho y derecho. Pero no se preocupe, que la edad del documento no es la que importa, sino la del corazón ;o)

miércoles, 21 de marzo de 2007

Parte médico

Sigo en recuperación... El pie sigue hinchado, amoratado y dolorido, pero por lo menos tengo un poco más de lucidez como para postear algo cada tanto (ojo! dije "un poco más", tampoco es para esperar un best-seller).

De esta nueva experiencia quirúrgica, me quedan algunas reflexiones y/o conclusiones y/o descubrimientos:

  • Su tu médico te dice "no te preocupes, no es doloroso", empezá a temblar, porque probablemente te duela mucho, pero mucho eh?!
  • Cuando el médico te dice "respirá hondo", ahí ya no caben dudas, te va a doler muchísimo!
  • Los médicos mientras te operan, hablan de pavadas como por ejemplo "este fin de semana vamos a pescar, venís?" (si, me dieron anestesia local y desperté de la sedación antes de que terminara la intervención, así que los escuché pillines...).
  • Mientras más grande sea el tajo, más probabilidades de que se olviden algo adentro, porque están pensando en el tipo de carnada que usarán el fin de semana de pesca (por suerte, mi incisión no supera los 5 cm).
  • Si en la sala de espera de tu médico (donde el 90 % de los pacientes están recién operados de algún pie, y el otro 10 % viene a que le den la fecha de la operación), la música funcional es un tema que alegremente dice "baila... conmigo...", no es raro que todos los pacientes estallen en carcajadas (no supe si tomarlo como una muestra de aliento, o como una falta de respeto).
  • Frases como "vos sí que sos pata!" o "querés pata o pechuga?", en estos días no son muy bien vistas.

martes, 20 de marzo de 2007

Gente que busca gente

Hace tiempo que vengo recordando a mis primas. Y recordando es una forma de decir, porque podría tenerlas paradas a mi lado en el colectivo, que de todos modos no sabría reconocerlas.
No las veo desde que éramos muy chiquitas, la última vez que jugué con ellas estábamos en la casa de una tía de mi mamá, creo que había muerto alguien...
Tienen más o menos mi edad, yo tengo 33 y ellas deben estar más o menos por ahí, creo que se llevan dos años de diferencia entre ellas.
Y vengo reflexionando sobre todo lo que nos perdimos de pasar juntas, la adolescencia sobre todo, ir a bailar, contarnos secretos... Todo porque nuestros padres se pelearon hace muchísimos años, y no tuvimos la oportunidad de decidir nada, por nuestra corta edad.
A veces pienso en buscarlas, pero temo encontrarme con dos personas completamente extrañas sin el mínimo interés en recuperar una parte de la familia. No sé que le habrán dicho a ellas, no sé si recuerdan que existo, no tengo la más remota idea de que será de sus vidas.
Así que si alguien conoce a Analía Eva y su hermana Daniela, hijas de Fernando, por favor, avísenles que acá hay alguien que quiere saber de ellas.

viernes, 16 de marzo de 2007

Bache

Pensaba aprovechar el post-operatorio para postear... escribir acerca de un montón de cosas que tenía rondando mi cabeza desde hace un montón, pero que por falta de tiempo no podía escribir.
Pero estoy en un bache mental, capaz que es porque estoy atiborrada de medicamentos entre antibióticos y analgésicos...
La operación salió bien, se encontraron con que lo que había que sacar era un poco más grande de lo que mostraban los estudios, pero no hubo problemas, sólo una herida más grande y una recuperación un poquitín más dolorosa.
Ya pasó, los nervios del momento, el pánico que me dió antes de entrar a quirófano, las nalgas como un colador de tantas inyecciones, y ahora sólo queda recuperarse, y ver si puedo sacudir mis neuronas adormiladas para postear algo en breve.

viernes, 9 de marzo de 2007

Cuestión de fondo

Me irrita cuando la gente no entiende cual es la cuestión de fondo de un asunto, y se queda en la superficialidad de lo que no está más allá de sus narices.
Me molesta porque se quedan con eso, y no importa cuanto te empeñes en explicar cual es la raíz del problema, porque ya no escuchan, se quedan con un preconcepto y minimizan el resto.
Así es facil tildar al otro de exagerado o intolerante, pero si tan sólo se detuvieran por un segundo a analizar la cuestión de fondo, todo quedaría más claro.

Por dar un ejemplo nomás, si te abro las puertas de mi casa, y luego descubro que hiciste uso de algo sin permiso, no me sirve que me digas "uh, me olvidé de avisarte, decime cuanto es y te doy la plata", porque mi confianza NO ESTÁ EN LA LISTA DE PRECIOS. Y me tildarán de exagerada, porque hago un mundo por algo que se soluciona con $2.-, pero nadie entiende que la cuestión de fondo es otra... acá lo que molesta es que te abrí mis puertas, te ofrecí mi confianza, y en lugar de actuar en forma consecuente, te hiciste el vivo (porque si nadie se daba cuenta, pasaba), y para mí, eso es traición.

Muchas discuciones y peleas ocurren, porque alguna de las partes no entendió el trasfondo del asunto. Es la diferencia entre escuchar y oir...

jueves, 8 de marzo de 2007

Inauguración oficial

Creo que en mi patrón genético, en alguna parte si se mira con detenimiento, aparece una camarita de fotos...
Mi viejo era fotógrafo y de los buenos, pero al respecto tenía un solo defecto: para él, sin en la foto no había un ser humano, la foto era una cagada.
Yo vengo a ser la hija rebelde, porque me apasiona sacar fotos, pero a cualquier cosa menos a la gente (la excepción que confirma la regla es mi ahijado, a quien persigo con la cámara por todos lados).
No tengo una buena cámara, tengo una digital común y corriente, y tengo la camarita del celular. Pero con esos dos artefactos, me dedico a fotografiar cuanta boludez se me cruce por delante.
Hace tiempo que andaba con ganas de compartir esas fotos, que si bien no tienen nada de espectacular, para mí tienen "algo", vaya a saber uno que... Así que se me ocurrió armar un segundo blog, que dí por inaugurado ayer a la noche.
Si gustan, pasen y vean.

EN MIS FOTOS...

lunes, 5 de marzo de 2007

A pesar de todo

Hubo una época en la que supe ser "futbolera"...
El viejo me hizo socia de San Lorenzo desde muy chiquita, y me llevaban a la cancha aún en brazos cuando todavía era un bebé.
Ir a la cancha era un ritual familiar, no importa donde jugara el ciclón, ahí íbamos todos nosotros... pero eran otras épocas, y me refiero a otras épocas en varios sentidos distintos: en el de la seguridad (bardo hubo siempre, pero no tan pesado como ahora), en el de la ética profesional de los señores que corren detrás de la pelota, en el del futbol como deporte y pasión sin la palabra negocio (o negociado) flotando permanentemente en el aire.
Luego, las cosas fueron cambiando, se pusieron más peligrosas, y pasé de ir a todos lados a ir solamente de local... Y después, me empecé a dar cuenta de que uno sufre y se tira de los pelos, y los que están dentro de la cancha son una manga de "estrellitas" carentes de pasión y preocupados sólo por sus propios bolsillos, y que a nuestros dirigentes no les importaba jugar un miércoles a las 3 de la tarde mientras la plata de la televisación fuera buena; entonces dejé de ir todos los partidos de local para ir sólo a los que me quedaban accesibles.
Más tarde, vino el accidente de mi vieja... y ahí me tocó (y yo quise que me toque) quedarme con ella mientras el resto de la familia se iba a la cancha. Después de un año, mi vieja empezó a volver a la cancha y yo con ella, hasta que se enfermó mi viejo.
Y cuando él, que era el artífice de la caravana cuerva, que iba con el auto repleto porque no se podía dejar a ningún cuervo a gamba, cuando él se fue... la ida a la cancha dejó de tener demasiado sentido para mí. Creo que fui dos veces más en todo este tiempo, pero no es lo mismo...
Y perdí el fanatismo, a veces ya ni veo los partidos por la tele, no sufro las derrotas, no sé como forma el equipo.
Pero a pesar de todo, ayer volví a ver futbol de primera porque el triunfo contra boca me devolvió por un ratito aquel viejo sentimiento...

viernes, 2 de marzo de 2007

Crónicas veraniegas: Hablando... los animales se entienden!

Ya sé que estamos en marzo, que los chicos están empezando las clases, que hace dos semanas que volví de vacaciones, y que una crónica veraniega a estas alturas, parece medio desubicada. Pero ayer mirando las fotos, nos acordamos, y no podía dejar de postearla.

Estábamos en Mundo Marino, en el piletón de los lobos marinos, dándoles de comer unos nauseabundos pescados (pero que las criaturas en cuestión devoraban cual manjar). Recordemos que como dichos animalitos en algún momento de su vida han sido entrenados, hacen las mil monerías (o debería decir, loberías???) para ser quien se adjudique la pieza de pescado.
Quien aquí relata, como es su costumbre, le hablaba a los lobitos mientras les daba de comer, diciendo cosas como "que simpático que sos!", "querés más pescadito?" y otra serie de boludeces, pero si recordamos que yo hablo todo el tiempo, no sólo a los animales, sino a la computadora, al televisor, y a la cocina cuando me quemo, esto no tendría mayor anécdota. Lo que remata la historia, es la rubiecita tonta (vestida más para salir un sábado a la noche, que para pasear por mundo marino), que luego de morderse el labio en inferior en franca actitud de "que tarada", le comenta a su novio: "ay, mirala, le habla a los lobitos como si fuera perritos!".
Y en todo caso? cual sería la diferencia, retardada mental???????
El novio la miró con cara de "decí que tenés un lomazo bárbaro porque si no te tiro al estanque", y se la llevó de la mano mientras mi marido y yo no parábamos de reirnos a carcajada limpia...

jueves, 1 de marzo de 2007

Conversación imperdible

Hace 15 minutos, suena el teléfono en la oficina, llamada externa... atiendo:
Mamá: No sabés lo que pasa! (voz de que acaba de suceder una tragedia)
M: no má, si no me contás no lo sé... (voz de que conozco que mi madre me va a salir con una pelotudez)
Mamá: viste los canales de aire? el trece, el nueve, telefé... en todos se vé la imagen pero se escucha una voz de un hombre que no sé que dice del audio original, y habla en varios idiomas!!! (voz de que nos están por atacar los marcianos)
M: má, fijate el botoncito del SAP, que cambiaste el canal de audio.
Mamá: NO NENA, yo no-toqué-na-da! (voz de berrinche), de golpe empezó eso, tiene que ser como una interferencia o algo, porque en todos los canales de aire están diciendo lo mismo... es un tipo que habla, pero es medio raro como habla. Escuchá... (tubo del teléfono pegado al parlante de la tele)
M: es como te digo má, cambiaste el canal de audio a SAP, buscá el botón y apretalo de nuevo.
Mamá: NO ENTENDÉSSSSSSSSSSSS?! (si, mi mamá cuando se pone nerviosa enfatiza las palabras), NO TENGO NINGUN BOTÓN QUE DIGA SAP, Y ADEMÁS YO NO TOQUÉ NADA.
M: fijate, tenés alguno que diga audio o mts??? todos los televisores lo tienen! (voz de que estoy empezando a perder la paciencia)
Mamá: mmm si, MTS hay uno, lo aprieto?
M: si mamá, apretalo y decime que pasa (voz de "si te tuviera a mano, te revoleo un zapato")
Mamá: ahhhh ahora dice mono, y se escucha normal...
M: apretalo de nuevo que seguro dice STEREO y se escucha todavía mejor.
Mamá: siiiii, en serio... que loco, no?
M: no má, no es loco, ES LO QUE TE ESTOY DICIENDO DESDE QUE TE DIJE "HOLA" (...breve explicación de lo que es el canal de audio SAP, que no viene al caso reproducir...)
Mamá: bueno, que querés, vos sabés que a mí la tecnología me supera!

Festejo

Ayer fue el cumpleaños de mi negro, y como de costumbre, no quiso festejos. Habíamos planeado salir a cenar sólo nosotros dos, como otras veces.
Pero se me ocurrió cambiar de planes y sorprenderlo, así que en el horario del almuerzo me escapé de la oficina a hacer algunas compras... Velas, un buen Malbec, lencería nueva...
Preparé un Chow Mien, que se que le encanta, y armé una mesa romántica (no pude resistirme a tomarle algunas fotitos). Él eligió algo de blues como banda de sonido.
La velada fue perfecta, aún más cuando recordamos que teníamos guardada una botella de champagne Extra-Brut, para alguna ocasión especial... y esta era una ocasión muy especial.
Hoy estamos muertos de sueño y con una resaca infernal, pero una noche inolvidable bien lo vale.